No comprendo cómo pudiste dejar
que la asfixia impregnara tus senderos,
tus pupilas, hechos, palabras
y tu mano a mano con el silencio.
Al resguardo de la melancolía
otra será la vida que vislumbras
ahora, cuando todo ha sucedido.
Cuando tú llegaste,poesía,llevaba yo por el mundo una mano tendida hacia un poniente florecido y con urgencia, con la urgencia de levantar un telón de silencio.