Antes de juzgar mi vida o mi carácter...ponte mis zapatos, recorre el camino que he recorrido, vive mis penas, mis dudas, mis carcajadas...!!! Recorre los años que he recorrido y tropieza ahí donde tropecé y levántate así como yo lo he hecho...!!! Cada cual tiene su propia historia y entonces ahí podrás juzgarme!!!
(Patricia Elena Vilas, poeta de la República Argentina)

domingo, 28 de diciembre de 2014

DE UNA VIDA SIGNADA POR LA AUSENCIA ( De hombre luminoso a hombre invisible)


Toda la vida de aquel hombre luminoso estuvo signada
por la ausencia. Vivió una infancia atroz, no tuvo una
verdadera familia, se crió dentro de una tumba de silencio.
En su casa del pueblo no hablaba nadie,
absolutamente nadie.

Aquel hombre creció solo.
Nunca conoció su territorio en un mundo
lleno de medidas; nunca explicó el motivo de sus búsquedas,
tan calladas.

La verdadera causa de su tristeza fue la vergonzosa e
inhumana conjura de sus propios familiares:
los inquilinos y La corte de la porca miseria,
a los que aquel hombre nunca invitó a estar presente
en la vida de su familia.

Aquellos indecentes invadieron su vida y la de su familia, mordiéndole hasta la desesperación, amordazando su voz
para siempre, hurtándole hasta el silencio, asediándola, físicamente primero, con sus lenguas viperinas más tarde,
hasta lograr destruirla.

Fue tenaz la vida
de aquel hombre luminoso y su familia,
una vida firme,
pero siempre expuesta,
observada.

A lo largo de los años la vida de aquel hombre, su mujer
y sus cinco hijos, fue un teatro expuesto para ser
contemplado por una bazofia de seres —sus propios familiares—, que sin ser invitados a ello, se dedicaron a observar, escrutar, escudriñar, analizar y chismorrear acerca de aquella familia.

Los primeros espectadores de la vida de aquella familia
fueron los clientes que acudían día a día a la tienda de comestibles, el negocio familiar, para hacer las compras.
Desde el proscenio del negocio familiar inmediato a la vivienda —que estaba en la trastienda— aquellos clientes, mientras hacían las compras, observaban la vida de aquella familia numerosa. En aquel indigno teatro comenzó por primera vez la desaparición de aquel hombre:

Nunca estaba presente
en aquel escenario mostrador
para la venta y chiquero de chismes.