Rafael Juárez
Estoy en esa edad en la que un
hombre quiere
por encima de todo ser feliz, cada día.
Y al júbilo prefiere la callada alegría
y a la pasión que mata, la renuncia que hiere.
por encima de todo ser feliz, cada día.
Y al júbilo prefiere la callada alegría
y a la pasión que mata, la renuncia que hiere.
Vivir entre las cosas mientras
que el tiempo pasa
—cada vez menos tiempo para las
mismas cosas—
y elegir las que valen una vida:
las rosas
y los libros de versos y el viaje
y la casa.
Hasta ahora he vivido perdido en
el mañana
—seré, seré, decía—o en el pasado
—he sido
o pude ser, pensaba—y el mundo se
me iba.
Ahora estoy en la edad en la que
una ventana
es cualquier aventura, y un
regalo el olvido.
Ya no quiero más luz que tu luz
mientras viva.