¿Y cómo ha de llegar a ti, después que me he quedado sin tiempo, esta voz mía nacida desde la oscuridad de tantas noches? Mi voz que ha recorrido los valles en busca de la luz más pura, siempre a la espera de encontrar la paz que aún no tengo, cuando me he quedado sin tiempo, para que pudieras conocerla. Mi voz, derramada en todos los encuentros, violada en el invierno.
¿Y cómo has de
conocer mi voz verdadera, llegada desde el silencio, crecida entre las
soledades, sin pastor y sin dueño que la guíe? ¿Cuánto me hubiera gustado ser
el amigo que te amparara, el abrazo que te abrigara durante tu vida en el zulo
?
¿Cómo has de
venir en esta hora de mi vida cercana ya al gran silencio que me espera, en
esta noche sin estrellas, de candiles apagados, cuando apenas un tibio calor
restante del amor perdido me mantiene aún vivo ?
Sabes que he
vivido dolorido por todo el daño que te hicieron,
pero fiel a lo que me enseñaste. La paciencia y la esperanza en tu promesa de que el silencio lo puede todo, han hecho de mí un hombre nuevo y a la espera del encuentro del verdadero Amor.
pero fiel a lo que me enseñaste. La paciencia y la esperanza en tu promesa de que el silencio lo puede todo, han hecho de mí un hombre nuevo y a la espera del encuentro del verdadero Amor.
Me gustaría,
finalmente, expresarte mi confianza en tu nueva llegada. Te espero entre las
flores silvestres de los campos que recorro, en manos del agua de cualquier
fuente derramada.
Si llegas con
el viento de cada tarde; si lo haces con la marea del mar donde iré a vivir mi
retirada -ya cercana- de esta vida; si vienes a llevarme...hazlo en primavera.
Entonces soltaré al ruiseñor -de ti heredado-
que en el pecho doy cobijo, me iré entre las flores repitiendo tu
nombre, para que nadie engañe, disfrazado, al Amor que me espera en cada paso.