Ni
la vida contigo,
indisoluble,
inmarcesible.
Ni
tu desnudez en esta
descubierta
azucena, ni el
prodigio
de la salvación cierta
de
tus labios, ni el perfecto
equilibrio
abrazado a ti
antes
del alba.
Cuando tú llegaste,poesía,llevaba yo por el mundo una mano tendida hacia un poniente florecido y con urgencia, con la urgencia de levantar un telón de silencio.