A
veces me pregunto, cuando descanso
en
el bosque de aire donde moras,
donde
te ausentas, cualquier tarde de éstas
que
subo a contemplarte y busco en tus ojos
espejos
de la aurora donde me vierta,
cómo
no me comprendes
si
eres el cándido espacio de gozo,
el
dulce seno donde me encuentro,
que
sólo en ti, álveo de mi albedrío,
mi
voz descansa.