Hoy quiero nombrar la casa,
los
bancos del paseo, las tardes,
aquel
azul de Bib-Rambla,
Il
caffè di Roma;
regresar
a ti,
a
tus ojos, a tus manos,
al
otro lado de tus geografías,
al
otro lado de la vida donde
la
ternura y la esperanza engendras.
Hoy
quiero nombrarte
cuando
otro abrigo se acerca,
revivir
aquel paisaje de miradas,
aquel
olor de historia, miel de almizcle,
que
te irisaba, siempre a la izquierda,
por
el camino de los sueños, de los trinos.
Hoy
te nombro, ángel azul,
regreso
a ti, te encuentro
en
la respiración de cada día,
habitas
mi memoria.
Eso
es todo, todo eso,
todo,
todo.