San Sebastián ( de Guido Reni)
Vuelvo nuevamente
a ese instante de la vida
en el que mi amor por ti,
perdido el horizonte de tus labios,
necesita pronunciarse.
En mis ojos la señal antigua de la herida,
nunca descansa la soledad en sus intentos
disfrazando tus aromas por mis venas.
Azul y azul
vida y muerte
deseo y nada
viento y anhelo
en la brisa que al arpegio no se atreve,
vencida la tarde
mi pecho traspasado
por la voz sangrante:
nunca.