Si pudiera ver tu rostro,
decir que te amo,
calmar la angustia
en cada atardecer.
Si pudiera no desvelar tu presencia
por todos los 54 trances del ensueño,
que es ser solo
como una existencia sin ancla
de quien hizo de la pasión
un árbol amarillo sin nombre.
Si pudiera tapiar mis tristezas,
su vacío, su memoria;
decir que no fuimos esa música,
desnudar el incendio de otras noches
de presencias en cualquier ciudad dormida,
tejer otra piel para tu cuerpo,
ignorar mi dolor que flagela
mi voz de azul enternecida
exigiendo un mar de olvido.
Si pudiera nacer en ti,
decir que te amo,
prender en los espejos
tu presencia sembrando todos mis pasos,
si pudiera...
Si pudiera romper este silencio
crecido yermo de plenitudes
hecho en insondables ayes
de sus gritos en esperanza huidos...
(Mi amor por ti sangra ausencias,
nunca será fuego en otro pecho.)