Cómo encontrarte, amor,
con mi voz de azulada nostalgia,
cuando en este prolongado naufragio
de brazos,
perdida ya la mariposa,
roto su aroma de silencio,
ningún eco,
donde la luz no tiembla,
danza desleal,
te devuelva.
Cómo acostumbrar los ojos
a tu inmensa ausencia,
cuando deshoje la voz de mi tristeza de hiedra.