A ti quisiera pedirte aire.
Te pediría un aire de 1968,
un aire de noviembre,
con el amarillo aliviando el bronce de los días;
te pediría un aire que estuviera oeste y sin palabras;
a ti, almanaque sin tiempo,
te pediría un aire que barriera aquella trastienda inútil,
aquel gris de ciudad no habitada,
aquellas habitaciones de estaño,
aquellos besos de estatua,
y...todavía más,
lo diré ahora,
te pediría aire para siempre.
A ti que cada tarde azul renaces,
a ti quiero pedirte aire.
¿Adónde huiste? di, ¿adónde huiste?