Se presentó la vida en ritmo de blues:
de lágrima a lágrima, aire sobre aire,
de súplica a grito, azul sobre azul.
Perdido, sin rostro,
conocí la muerte en el teatro mudo
que anuló mi infancia.
Náufrago, ajeno a mí mismo
fue la vida un abismo preñado de riscos.
Resistió mi palabra la mercadería de los tiempos,
la vida, alejada de la espiral de voces adheridas sin sorpresa.
Hoy camino en el silencio de mí mismo
naciendo en un vuelo con retraso.