Tú, alma de la brisa,
canto de la madreselva,
temblor de luna no cumplida.
Tú, campo de algodón,
que te viertes en mi alma calladamente
sembrando de tu albura mis cenizas.
Yo, náufrago en tierra,
rostro de morada sin espacio.
Yo, transfigurado en olvidos,
desnudo ante la vida que es mi espera, vivo en ti.
Tú y yo.
Tú, alma de la brisa.
Yo, en amor traspasado.
Tú, los ojos del mar presentido.
Yo, una nostalgia insondable por tu costado.
Tú y yo, hechos de soledades.
Tú y yo
en el cruce imposible de todas las hierbas.