Cortijo Daimuz Alto
Campos preñados.
Cielos encendidos. Brazos de agua.
Verde y bermejo y azul.
Lucífera luna enamorada.
Verbos requiriendo vacíos sonoros,
sugerentes, sosegados.
"Vine a este mundo con ojos
y me voy sin ellos"
"Aquellos ojos míos de 1910..."
Federico
A Andrés Molinari
Éste y no aquél
o ninguno.
Su luz en la memoria.
La casa hoy dormida
guarda el secreto con los ojos secos,
el albor de su vida con gravedad de ruina
y un infinito duelo de ausencia.
Roto el cielo: su figura.
Su voz: el juego del viento.
Cuna de luz
del más rico en aventuras,
claridades y rebeldías,
nacido a un mundo de ojos
y que se fue sin ellos.
La pasión y el temblor.
La soledad y la angustia y la muerte
y aquellos ojos de 1910
siempre abiertos al vacío.