Honda
tu presencia sin nombre
en
las gotas que rezuman de tu seno.
Tantas
veces el pulso, tu latido, sin
poder
alzar mi vida desde tus aguas.
Lágrima
a lágrima toda mi sed,
aquí
mi anhelo, cómo decirlo, pronunciándote.
Cuando tú llegaste,poesía,llevaba yo por el mundo una mano tendida hacia un poniente florecido y con urgencia, con la urgencia de levantar un telón de silencio.