Antes de juzgar mi vida o mi carácter...ponte mis zapatos, recorre el camino que he recorrido, vive mis penas, mis dudas, mis carcajadas...!!! Recorre los años que he recorrido y tropieza ahí donde tropecé y levántate así como yo lo he hecho...!!! Cada cual tiene su propia historia y entonces ahí podrás juzgarme!!!
(Patricia Elena Vilas, poeta de la República Argentina)

martes, 6 de noviembre de 2012

A MI PADRE


José Antonio Amaya Torres,
mi padre


Toda la vida pasa de golpe
y cuando el llanto inicia
su marcha por los olivos céreos,
los primeros silencios amarillos
me sumergen en este espacio granado,
cargado de misterios.



A mi padre,
de cuerpo presente,
madrugada, 12 de enero de 2003



Hombre tierra, hombre aire,
hombre pan, hombre árbol,
hombre viento, hombre Adán.
Hombre hombre,
desde mi corazón nacido al llanto,
temblor de luna sostenida y campo de amado silencio,
en el instante de tu muerte,
cuando te contemplo olvidado de la mano del mundo
comienzo mi canto:

Tu grandeza nunca llegó antes de tu muerte.
Te lo secuestraron todo.

Elevaste hasta tus ojos
la fatiga de un mundo de toros sin cabeza,
y en aquella angustiosa noche
te preparó el aire
para la definitiva senda de acequias y bancales
de tu tierra de vinagre.

En tu hermosa frente
no pudo el signo de la luz asesinada borrar al hombre,
se dibujó una paz antes nunca conseguida,
un clamor de voces pereció contigo
y un arado de dolor quebró la tierra para siempre.

En tu antártico rostro
quedó, como un sol de agujas, el dolor silente
de tu nobleza ya extinguida
y anidó en tu sangre una luz negra
hasta partirte el alma.

Hombre hombre,
¡qué sendero de nieve sobre tu labio!
Hermoso Adán del trabajo y del silencio.
Dios de la dulce mirada perdida.
Flor en un mundo tan áspero.

Hermoso Adán, hombre hombre,
cuando iniciaste la marcha definitiva,
vagabundo del asfalto, Adán bueno,
eras un muerto que viajaba infinitamente solo
al más desesperante y chirriante de los sueños.

Adán Adán,
la muerte cumplió su cometido:

te llevó para siempre.

A lo largo de tu vida imposible
corrió el caballo desbocado,
el vacío derribó tus ignorados deseos
y las arpías te ahogaron con sus lenguas de veneno;

ganaste una corona de crepúsculo indecente,


el implacable abandono irrumpió sobre tu vida


y vestido de inmaculado







te llevaron tras un aire de cristal




















a la linde de la tierra más ausente:



































la muerte.


Hospital Clínico San Cecilio de Granada