Como una derrota de luz vencida,
como una voz agotada, como un velo
hurtando la esperanza, como un cielo
que ajeno a ser empieza, así mi vida,
como una red de arista embravecida
que te empuja a no ser nada, sin vuelo;
como un ojo sin luz, como una perdida
ternura de no sé qué anhelo.
A veces tengo un llanto enajenado
que me desgarra el cuerpo hasta el vacío
buscando la luz y a la luz cerrado.
Qué canto del alma éste tan buscado
con este latido de aire tan mío
y con los ojos claros no encontrado.