Y tu corazón caliente...
Federico
A Rosalía
Vega abierta fecundada
por los martillos de agua de tus hombres.
Hombres gorjeantes.
Cúmulos de luz alta.
Verdaderos latidos
vibrantes de la infancia del Poeta.
Voces tangibles de la tierra.
Campo de hombres luminosos y sabios,
de sol henchidos,
entregados en su amor al fruto.
Verdes y grises,
de rostro azul
y de sublime fuerza.
Hombres para la Vega,
para la luz,
la tierra y la abundancia.